Primera experiencia de la Asociación Ponte en un proyecto piloto para trabajar con familias en el contexto de la discapacidad.

Cuando ya estábamos mirando al horizonte del descanso, una llamada de alguien cercana a nosotros nos encargó acompañar a pades y madres con hijos e hijas con discapacidades (y, todo hay que decirlo, ¡un montón de otros tipos de capacidades!) a que se miraran, a que volvieran a tocarse, a estimularles de forma íntegra para recuperar el espacio de la pareja y a ver, de la manera más dulce y a la vez contundente, cómo esta area resulta determinante en la crianza de los niños y niñas.
Irremediablemente dejamos las maletas en el descansillo, junto a la puerta, y del mismo resorte, dedicamos dos intensas y hermosas sesiones a tan hermoso servicio.
Gracias a las familias y gracias especialmente a Adecco por confiar en nuestra propuesta… puede ser el principio de una gran amistad!